‘Benchmarking’ logístico, una estrategia clave para la mejora continua de procesos
El benchmarking logístico se define como el proceso por el que se recaba información sobre las buenas prácticas del sector y de los líderes de la industria para estudiarlas y adaptarlas a la realidad de nuestra empresa.
¿Por qué hacer benchmarking logístico?
Si nuestra meta es conseguir el récord mundial de atletismo en los 100 metros, lo primero que tenemos que conocer es cuál es la marca que batir, a quién nos enfrentamos, y, sobre todo, cuáles son sus puntos fuertes.
Algo similar ocurre cuando hablamos de benchmarking en nuestro sector: la búsqueda de la eficiencia se gesta en el interior de nuestra empresa, pero aspirar a la excelencia logística pasa por adaptar nuestra actividad a las tendencias del sector.
Llegados a este punto conviene aclarar la diferencia y la utilidad de la combinación entre:
- Benchmarking o análisis comparativo: este procedimiento se utilizan para comparar procesos, productos y operaciones con otras áreas de la empresa, con otras empresas o con las compañías de referencia del sector Al final, el benchmarking logístico es una evaluación comparativa y se usa para poner en perspectiva nuestro rendimiento y nuestros métodos en relación a otros.
- KPI o indicador clave de desempeño: es recomendable dividir cada área de operaciones en subprocesos específicos y asignar a cada uno una métrica o KPI que permita valorar su evolución a lo largo del tiempo. Con estos indicadores se detectarán desviaciones y situaciones sobre las que trabajar.
Pasos clave para realizar el benchmarking logístico
Para ello, es necesario seguir una serie de etapas:
1. Identificar los procesos sobre los que hacer benchmarking logístico
El primer paso de un análisis competitivo es dar con aquellos procesos que son críticos para la empresa. En general, se pondrá el foco en los que están registrando unos resultados poco efectivos y cuya mejora tendría un gran impacto sobre el rendimiento. Para esto, es muy útil consultar nuestros indicadores clave del rendimiento, como ya vimos en nuestro artículo sobre medir KPI en el almacén.
Herramientas como el software de gestión de almacén y, en particular, el módulo Supply Chain Analytics Software permiten no solo registrar, sino también procesar y analizar gran cantidad de datos.
Estos sistemas asignan KPI y miden el rendimiento de las operaciones, algo que será de gran utilidad para determinar cuáles son los procesos clave sobre los que realizar el benchmarking logístico.
2. Buscar a los líderes en el sector y recabar la información
Una vez tenemos identificados los procesos críticos que nos interesa analizar, el siguiente paso consiste en buscar cuáles son las empresas que sobresalen por su gestión. Así, podemos tener en cuenta a:
- Competidores directos: son los que más nos atraen, pero también los más difíciles de analizar al ser más complicado acceder a la información.
- Competidores indirectos: por tamaño no se encuentran al mismo nivel en el sector, pero sí que compiten por el mismo cliente y pueden frenar nuestro crecimiento.
- Empresas de otros sectores: operan en otro ámbito y no son competidores, pero podemos aprender de su eficiencia y de sus métodos.
¿Dónde encontrar la información?
- Las publicaciones técnicas y medios especializados en el sector logístico destacan las novedades en cuanto a procedimientos, estrategias, lanzamiento de productos…
- Las ferias sectoriales suelen reunir a los mejores exponentes del sector y desarrollar con ellos paneles de discusión que facilitan el intercambio de ideas y la presentación de casos de éxito.
- Los proveedores, al estar en contacto con numerosas empresas del sector logístico, cuentan con una visión global de los estándares y de los problemas a los que se enfrentan muchas de ellas.
- Las asociaciones empresariales forman una red de empresas con el objetivo de defender sus intereses y buscar sinergias.
3. Adaptar las buenas prácticas a la realidad de tu empresa
El benchmarking logístico no consiste en copiar a la competencia sin tener en cuenta el contexto. El fin de una evaluación comparativa es mejorar los procesos propios buscando inspiración en las fórmulas que están funcionando en un sector o empresa concreta. Para adaptar las buenas prácticas a nuestra empresa, hay que:
1. Definir el plan de implementación y establecer objetivos: especificar qué buenas prácticas se van a llevar a cabo y cómo se va a realizar.
2. Asignar unos recursos: por ejemplo, el equipo de trabajo y las herramientas con que este contará.
3. Fijar los KPI para poder medir la evolución del proyecto.
4. Preparar un proyecto piloto como prueba inicial: por ejemplo, puede ser aplicar un método distinto de picking para ciertas referencias en el almacén. Se va a probar de forma restringida para comparar con el anterior.
5. Analizar el desarrollo del proyecto piloto para comprobar los resultados y así poder determinar si es escalable o no.
El benchmarking logístico es una excelente estrategia para ver más allá de las fronteras de nuestro almacén y aprender de los mejores. Si quieres que te ayudemos a encontrar las soluciones más ajustadas a la realidad de tu almacén, te animamos a ponerte en contacto con nosotros y uno de nuestros técnicos especialistas te aconsejará.